El ámbito religioso tuvo su manifestación externa en complicados rituales.
El encargado de transmitirlo e interpretarlo fue un grupo de élite sacerdotal afincado en los grandes asentamientos.
Elaboraron un ceremonial muy complejo para que las divinidades transmitieran sus intenciones al resto de la sociedad. Para ello había que guardar normas muy rígidas para la pureza espiritual. De ahí el por que de recibir baños purificadores en el temazcal o baño de vapor así como quemar copal para purificar el ambiente, e ingerir alucinógenos para sentir  el mundo de los antiguos dioses.

La práctica ceremonial tenía su culminación en los rituales mayas de sangre y de auto sacrificio de los miembros más notorios.
La vida era la sangre el maíz y el agua, en la concepción ideológica maya, por lo tanto, eran la mejor ofrenda que se podía hacer a los dioses. Cuchillos de obsidiana, navajas de pedernal, dientes de tiburón, espinas de maguey y aguijones de manta raya sirvieron para horadar la lengua, los lóbulos de las orejas y diversas zonas de los brazos y piernas y nariz.

La culminación era el sacrificio humano mediante la extracción del corazón por parte del sacerdote. Había mucha solemnidad: procesiones, música, danza y cánticos. Otro rito, también definido de toda sociedad, es el del matrimonio. Éste se hacía en presencia de un sacerdote, quien quemaba hierbas aromáticas en la futura casa del matrimonio. El pueblo llano era monógamo mientras que los gobernantes podían contraer matrimonio varias veces.

No todos los rituales maya fueron cruentos: incensarios para quemar copal, caucho o chicle, comida y bebida, uso de enemas e ingestión de sustancias alucinógenas de cacao o de tabaco eran prácticas habituales. 

La muerte fue un evento muy ritualizado en la sociedad maya. Las ofrendas ricas y semillas encontradas en los enterramientos sugieren la existencia de una esperanza de vida en el mas allá del individuo maya. Además había multitud de ceremonias dedicadas a celebrar el paso del calendario, ritos del paso correspondiente al ciclo vital de cada individuo, ceremonias de adivinación y profecías. El universo maya tan variado y complejo, necesitó, pues, de un ritual muy diversificado y especializado para una gama de necesidades requeridas por las divinidades.
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